Existe un incipiente sector del turismo, que explota recursos como los árboles fósiles.
Esta construcción, probablemente levantada a finales del siglo IX, tuvo un destacado papel por su ubicación estratégica durante los conflictos entre el condado de Castilla y el reino de Navarra.
Los primeros restos aparecieron en los años cuarenta del siglo XIX, enterrados y rodeados de material fluvial.
El primer árbol fósil se trasladó a la localidad en el año 1976 y quedó expuesto al público.
Además de éstos, existen al menos otros siete enterrados.
Durante este tiempo, los componentes del Reinado pasaban al anochecer por las casas del pueblo cantando villancicos y entradillas; y recibiendo las propinas correspondientes de los moradores de los hogares.
Precisamente esas entradillas con que iniciaban los cantares, en los años novenita del pasado siglo XX, legaron al conocimiento de algunos miembros del Consejo de Investigaciones Científicas, para alegría suya.
Pues forman esas entradillas un género poético peculiar de la Edad Media, que se creía perdido; pero que ha perdurado en Hacinas, y, al parecer, en un pueblo portugués del Algarve.
En los últimos años, se ha realizado un estimable esfuerzo por parte de las autoridades municipales para eliminar las barreras arquitectónicas en la vía pública y centros oficiales.