Presente en los más antiguos martirologios, es venerada como santa, virgen y mártir por la Iglesia católica, ortodoxa y anglicana, que honran su memoria el 5 de febrero (salvo en México, cuya celebración litúrgica es el día 4).Según el hagiógrafo Santiago de la Vorágine en su obra La leyenda dorada, en tiempos de persecuciones contra los cristianos, decretadas por el emperador Decio, el procónsul de Sicilia, Quintianus, rechazado en sus avances por la joven Águeda, que ya había ofrecido su virginidad a Jesucristo, en venganza por no conseguir sus placeres la envía a un lupanar, regentado por una mujer llamada Afrodisia, donde milagrosamente Águeda conserva su virginidad.Además se dice que lanzó un gran grito de alegría al expirar, dando gracias a Dios.[2] También se recurre a ella con los males de los pechos, partos difíciles y problemas con la lactancia.Se la ha representado en el martirio, colgada cabeza abajo, con el verdugo armado de tenazas y retorciendo su seno.