Estas poblaciones son los últimos lugares donde se puede observar la arquitectura rural y tradicional de Mallorca.
Esta religiosa es admirada en toda Mallorca por las numerosas curaciones milagrosas que se le atribuyen.
La trama urbana es irregular y se estructura en torno a la posesión, aprovechando al máximo las reducidas dimensiones del espacio que queda entre el camino de Lloret y la calle principal que cierra el núcleo edificado, es decir, la calle Mayor con Costa d'en Coranta.
Se puede afirmar que a pesar del largo desarrollo cronológico de este asentamiento, el tejido construido presenta una homogeneidad considerable.
El abandono progresivo que se da a partir de la segunda mitad del siglo XX ha hecho que la aldea no se haya visto muy modificada por construcciones ajenas a la tipología tradicional, mostrándose como un conjunto arquitectónico representativo de la Mallorca del siglo XVI-XIX.
De hecho, la situación concéntrica del núcleo construido hacia el paisaje que lo rodea se potencia por diversos caminos rodados o peatonales que salen en forma radial desde el núcleo hacia diversos lugares.