Alaró es una localidad y municipio español situado en la parte occidental de Mallorca, en las Islas Baleares.
Los nobles mallorquines Guillermo Cabrit y Guillermo Bassa, tras ser capturados, fueron condenados a morir asados sobre brasas ardientes por el Rey Alfonso III de Aragón, tal y como indicaba el apellido de uno de los defensores del castillo, que durante la resistencia no había reconocido como rey al invasor del reino mallorquín, permaneciendo leales a su Rey Jaime.
Hasta 1922, año en el que fueron adquiridas dos locomotoras de gasolina (bautizadas con los nombre de San Cabrit y San Bassa), la tracción del ferrocarril era efectuada por mulas en dirección ascendente y por simple gravedad en sentido descendente.
Entre los años 1944 y 1945 se instalaron nuevas vías, siendo estas utilizadas por Ferrocarriles de Mallorca para transportar el lignito entre las minas y la estación de Consell hasta 1951, año en el que fueron definitivamente levantadas.
Una de las actividades económicas más importantes en Alaró fue, durante años, la industria del calzado, que llegó a tener en el municipio hasta treinta fábricas y más de dos mil personas dedicadas a ello.