Está formado por dos núcleos de población, Lloseta y Ayamans, este último ha sido incorporado por el primero.
Limita con los términos de Alaró, Mancor del Valle, Selva, Inca y Binisalem.
Una explica se apoya en el término del latín laus (alabanza) y el griego eta (castillo).
Otra teoría apunta a la palabra mozárabe llosada, en castellano losa (una piedra grande y plana).
Hay cinco yacimientos, cuatro cuevas de enterramiento y un recinto fortificado.
Debido a la cercanía del antiguo núcleo de Lloseta al palacio condal, éste experimentó un gran crecimiento, habiendo casi integrado completamente al antiguo núcleo principal del municipio, Ayamans.
Loseta tuvo en explotación tres minas durante más de 100 años, Sa Truyola, Santo Tomás y Can Ramis abiertos hasta 1973.
También hubo una emigración anterior (años 50 y 60) que vino principalmente destinada a trabajar en las minas de lignito del municipio.
La industria del calzado , predominante décadas atrás se ha ido reduciendo quedando en la actualidad sólo una fracción de las fábricas existentes anteriormente.
El pueblo cuenta con un polígono industrial donde se ubica gran parte del sector.
En el pasado la minería del carbón tuvo un papel importante, habiéndose extinguido por completo hoy en día.
En 1975 los herederos de Juan March vendieron la propiedad a la sociedad anónima Lloseta SA.
Según la leyenda popular un pastor la encontró a los pies del peñasco sobre el cual está edificado la iglesia.
Se realizan otras actividades deportivas y culturales durante la semana previa.