Desde la niñez se sintió llamada a consagrarse en la vida religiosa.Muy a pesar suyo, se lo impidieron innumerables y variadas dificultades.Decidió llevar una vida de retiro en su casa, donde vivía en compañía de otra mujer, Magdalena Cirer Bennazar, la cual permanecerá junto a ella hasta su muerte.En el pueblo de Sancellas era popularmente conocida como "Sa Tia Xiroia".Como llovía Sor Franciscana le cedió su sombrero para que lo usara como paraguas, al regresar la niña estaba completamente seca.Otros milagros implican la curación de enfermedades en niños.