En esta Fiesta se elige a dos "alcaldesas" que gobiernan el pueblo durante dos días.
Durante este día las mujeres son las que mandan en el pueblo, lo cual ocurre sólo una vez al año.
Durante esta gran procesión, las Águedas van bailando hasta la salida del pueblo, justo en frente del alcázar, y como las antiguas zamarriegas se ponen a bailar conmemorando el momento en el que llamaban la atención de los moros.
Se da la misa y a continuación el pregonero anuncia los premios de «Matahombres de oro»[9][10][11] y «Home bueno e leal»[12][13].
[14][15] Se da paso, entonces, al pinchoteo de chorizos, cocido y vino, que se pueden adquirir en cualquiera de los puestos habilitados en la plaza junto a la iglesia.