La tradición popular indica que San Frutos (Patrón de Segovia, su Provincia y su Diócesis),[1] junto con sus hermanos, vivieron en el siglo VII en la ciudad de Segovia.
Allí construyeron un complejo monacal cuyos edificios estuvieron diseminados por toda la zona, de los que se conserva con mayor entidad la edificación románica que corona una de las estribaciones de la zona.
[2] A la muerte de San Frutos (ya entrado el siglo VIII), sus hermanos se trasladaron a la localidad de Caballar.
Desde antiguo, las gentes de la zona y de los reinos cristianos se vinieron reuniendo en dicha zona en peregrinaje para recordar su memoria.
[8] En el año 2013, se acondicionó este camino de peregrinación colocando marcadores, hitos de señalización y paneles informativos.