Ermita de San Frutos

De las antiguas construcciones monacales solamente se mantiene en pie y en actividad el templo dedicado a San Frutos.Desde este lugar se aprecian las tres zonas diferentes y determinadas que configuran el parque, la paramera en la zona superior, el bosque de ribera a la orilla del río y los cortados.[3]​ Se accede al complejo religioso mediante un pequeño puente de piedra construido en 1757 que salva una grieta, La Cuchillada.Su construcción está atribuida a un monje llamado Michael siendo el Abad Fortunio.[5]​ Su acceso se realiza a través de dos puertas, la del lado norte es la principal, la otra está tapiada.Hay que destacar una colección de 14 capiteles con ornamentación vegetal y escenas mitólogicas.Ha sufrido varias remodelaciones que han afectado al ábside además de dos añadidos laterales.Unos años más tarde se construyó la capilla nueva para el santo.La mujer fue salvada de la muerte por San Frutos, ya que era inocente, y en agradecimiento donó todos sus bienes al priorato.
Sepulturas antropomorfas excavadas en la roca, junto a la Ermita de San Frutos
Imagen de la inscripción en uno de los muros de la ermita de San Frutos