[2] Da nombre a las tres principales comarcas que atraviesa (Alto, Medio y Bajo Vinalopó), cruzando a lo largo de su recorrido los municipios de Bocairente, Bañeres, Benejama, Campo de Mirra, Cañada, Villena, Sax, Petrel, Elda, Monóvar, Novelda, Aspe, Monforte del Cid, Elche y Santa Pola.
[4] Históricamente se ha denominado también Vinalapó,[5] Vinalapós o Vinapaló y, debido a su poco caudal a partir de Benejama, se le ha llamado también rambla de Villena, de Miradoves, de Sax, Elda, Novelda, etc.[5] Se le ha identificado también con el latino Alebus,[6] en el que supuestamente pereció ahogado Amílcar Barca, aunque esta tesis sigue discutida en la actualidad.
Antes de su llegada a Villena, el cauce se desvió a principios del siglo XX, de forma que se aleja del casco urbano en dirección sur.
Tras cruzar la vega sajeña, se encajona en un desfiladero entre montes, donde el río forma una pronunciada donde se sitúa el embalse de Elda, un humedal con abuntante presencia de Taray.
Cruza por el centro urbano encauzado en un canal de hormigón, con un gran parque situado a lo largo del cauce.
Ya en término de Aspe se le une por la derecha el río Tarafa.
Es esta última, aunque hecha de forma artificial, la desembocadura oficial del río.
[cita requerida] Sus avenidas no son tan frecuentes como en otros ríos de la Comunidad Valenciana.
[3] Debido a los fuertes estiajes que sufre la zona, el río, por los campos de Elche, en su zona más próxima a la desembocadura, se ha quedado en numerosas épocas sin caudal, lo que ha provocado que, al tratarse de una zona agrícola, los trabajos de las tierras en llanura hayan eliminado el cauce natural de salida del río al mar.
Por este motivo la Confederación Hidrográfica del Júcar ha realizado un proyecto para recuperar el antiguo cauce del Vinalopó en su tramo final, entre los campos ilicitanos y las costas de Santa Pola, para que el río vuelva a tener su salida natural al mar.
[13] Otras actividades a destacar son la producción de piedra y mármol, centralizada en Novelda;[9] la pesca en Santa Pola,[14] y el turismo,[14] tanto en esta misma ciudad como en la costa de Elche.
El valle del Vinalopó viene siendo desde finales del siglo XVIII un área densamente poblada a pesar de su aparente escasez de recursos naturales, por lo que sólo otras actividades no agrarias como el comercio y la industria pueden explicar este fenómeno.