Una muy probable etimología popular hace derivar el topónimo del nombre latino del apóstol San Pablo que, según una tradición local, habría desembarcado en la vecina isla de Tabarca.
Santa Pola es un municipio costero, con 52,8 km², buena parte de los cuales está protegido por parajes naturales.
La línea de costa tiene 13 km y se puede dividir en varios sectores.
Las playas urbanas son la del Tamarit, Lisa y Gran Playa al oeste del puerto; y al este la de Levante, las calas de Santiago Bernabéu, (una sucesión de pequeñas playas separadas artificialmente mediante espigones) y la del Varadero, que se encuentra junto a los astilleros.
Desde ahí en adelante, toda la costa del cabo es estrecha y accidentada, con pequeñas calas que se encuentran bajo el acantilado.
[9] El relieve presenta tres zonas totalmente distintas:[10] la del NE está ocupada por la sierra de Santa Pola, una especie de promontorio tabular compuesto por margas azuladas y molasas amarillentas que alcanza una altitud máxima de 143 m en el lugar donde está el faro.
En esta zona marismeña se venía extrayendo sal desde tiempo inmemorial, pero las grandes explotaciones que hoy dominan su paisaje empezaron a gestarse a finales del siglo XIX (700 hectáreas en el Braç del Port) y se ampliaron a comienzos del siglo XX.
[7] En el siglo IV a. C. se construyó un poblado ibérico amurallado en la desembocadura del río Vinalopó, a orillas de la antigua Albufera de Elche, que sirvió como base comercial, principalmente con Grecia.
[11][12] En el siglo I se construyó, cerca del lugar que había ocupado el poblado ibérico, un puerto que servía a la ciudad de Illici y se denominó Portus Illicitanus, según aparece citado por Claudio Ptolomeo en Civitates Mediterraneae.
[7] La población creció hasta alcanzar los 2759 habitantes en 1857 y los 4383 en 1887, aunque luego se estancó hasta la década de 1950, primero gracias al incremento de la flota pesquera y luego gracias al impulso del turismo.
La misma iglesia, que en aquella época ejercía una función central en el desarrollo urbanístico ulterior, se dispuso a una distancia prudencial de la fortaleza militar.
En 2003 apenas el 1,3 % de la población activa se dedicaba a la agricultura, que solo alcanza cierta rentabilidad si está ayudada por el riego artificial, como así sucede con las casi 200 hectáreas que hay plantadas de naranjos (102), mandarinos (74) y granados (18), a las que acompañan otras 230 dedicadas a hortalizas, donde se cosechan melones, escarolas, alcachofas y, desde hace algunos años, brócoli.
[7] Las mayores capturas son de pescadilla, salmonete, crustáceos y moluscos, que son comercializados en la misma lonja y distribuidos por toda la franja litoral desde Alicante hasta Almería.
[46] Son tradicionales el arroz a banda y arroz negro, así como los guisos: bollitori, gazpacho de mero, caldereta de langosta y el típico caldero.
La variedad dialectal valenciana que se habla es el subdialecto alicantino.
En nuestros días esta afirmación se ha rectificado para considerar la vecina población de Guardamar como la localidad valencianoparlante más meridional.
[47] La Travesía a Nado Tabarca-Santa Pola es la de mayor participación en pruebas en mar abierto desde una isla hasta la costa.
[47] Tiene también un notable interés la popular Carrera al Amanecer que se realiza desde 1994 el último domingo de agosto y que transcurre al amanecer por los distintos paseos marítimos.