La sierra está compuesta principalmente por materiales calcáreos de las edades jurásica, cretácica y miocena, aunque en menor medida.
Estos materiales calcáreos han dado lugar a importantes relieves y formas características en la sierra.
Estas características geomorfológicas son el resultado de procesos geológicos y erosivos que han modelado la sierra a lo largo del tiempo.
Mientras que la primera está compuesta principalmente por materiales calcáreos, la segunda está formada por facies keuper que contienen bloques de diversas litologías, como ofitas, facies muschelkalk, areniscas y calcarenitas miocenas.
Estas diferencias litológicas son responsables de las distintas formas del relieve entre ambas sierras.
Además, la sierra alberga una rica biodiversidad, con especies vegetales y animales adaptadas a este tipo de hábitat.