Confederación Hidrográfica del Júcar

La CHJ cuenta con cinco oficinas situadas en Valencia (sede central), Albacete, Alicante, Cuenca y Teruel.

Todo esto repercutió en la cuenca del Júcar dada la dimensión y organización de los intereses ya establecidos y la competencia de la iniciativa empresarial respecto a su regulación.

En 1927 esta sociedad solicitó la concesión del pantano de Alarcón pretendiendo incrementar usos hidroeléctricos, sin embargo, aparecieron otras empresas con miras a instalarse en la cuenca del Júcar.

En 1931 se produjo la alianza industrial y agrícola entre los regantes del Bajo Júcar, encabezados por la Acequia Real e Hidroeléctrica Española, a fin de armonizar los intereses que confluían entre las mismas.

El ministro Indalecio Prieto basado en el reformismo republicano era partidario de la iniciativa del Estado en las obras hidráulicas.

El ministro no atendió a la primera reclamación y durante semanas esta situación se reflejó en la prensa de Valencia.

Prieto, encomendó a Manuel Lorenzo Pardo impulsar un plan nacional de riegos.

El plan impulsaba la producción con el fin de satisfacer las necesidades del mercado interior y exterior, para esto Lorenzo Pardo propuso regular los escasos recursos hidráulicos de los ríos levantinos y derivar hacia la vertiente mediterránea las aguas caídas de los ríos Tajo y Guadiana.

Así el Gobierno reactivó las Confederaciones Hidrográficas en los primeros meses de 1934, en este sentido las confederaciones mantenían el carácter participativo y representativo, pero abierto a los intereses ajenos a la titularidad del aprovechamiento de las aguas.

El ministerio se limitaba a ofrecer los medios para la constitución de un organismo autónomo en la cuenca del Júcar que “respeta en grado máximo la decidida voluntad del país y que consiente la participación, seguramente eficacísima, de su tradicional práctica en la solución de nuevos problemas que adquieren por su intensidad tan significado carácter nacional”.

Dichas concesiones contradecían el espíritu de la ley Prieto sobre el Júcar.

En los meses siguientes la Confederación desarrolló los primeros trabajos técnicos, mientras avanzaba el proceso para la constitución de la asamblea.