El asentamiento ostenta una muralla y una torre que lo definen como una pequeña fortaleza de 960 metros cuadrados.
La estructura interna del poblado es sencilla y funcional: se trata de un conjunto de 17 habitaciones que se abren a una calle central que recorre longitudinalmente todo el asentamiento.
A ella se adosa una gran torre cuadrada de dos cuerpos superpuestos construidos con piedra trabada con tierra.
Los elementos principales en la organización del asentamiento son la torre ya citada y la calle que atraviesa el yacimiento de norte a sur.
Los 17 departamentos en que se divide el poblado se distribuyen a ambos lados de ella y presentan unas dimensiones que oscilan entre 12 y 21 metros cuadrados, con grados de conservación diferente según las zonas.
Los situados al oeste tienden a presentar una mayor amplitud y su suelo se halla entre 50 cm y 1 m por debajo del nivel de la calle, a diferencia de los del este, con suelos al mismo nivel que la calle.
Los departamentos estaban separados por muros medianeros y se dispusieron adosados a la fachada interior de la muralla.
Estas llaves son similares a las utilizadas actualmente en pueblos de la serranía valenciana y en otras zonas mediterráneas.
Además, en todos ellos se llevaron a cabo actividades variadas que los convierten en espacios multifuncionales.
Su función estratégica queda bien definida por su ubicación en un lugar elevado, su amplia visibilidad, sus construcciones defensivas y su conexión visual con otros asentamientos similares.
[2] El Puntal se supone que fue abandonado apresuradamente a finales del siglo III a. C. o principios del siglo II a. C. Incendios y derrumbes acabaron por preservar todos los objetos y estructuras.
Se ubica en terrenos del parque natural de la Serra Calderona, creado en 2002 por la Generalidad Valenciana.
[5] Extractado de H. Bonet Rosado y C. Mata Parreño (2002): El Puntal dels Llops.