[2] Sertorio la destruyó en el año 76 a. C., razón por la que la población se reinstaló en el valle formando una nueva ciudad de estilo plenamente romano que tuvo su esplendor en los siglos I y II y que fue, según Plinio el Viejo un municipium de derecho latino.[2] Su trazado urbanístico es propio de los poblados en falda, determinado por la topografía,[7] en el que las edificaciones se disponen adosadas a la pared rocosa, a lo largo de terrazas artificiales.En diversas campañas se pusieron al descubierto 131 habitaciones, diversas escaleras, callejas, molinos, hornos domésticos e instrumental agrícola;[7] así como un extraordinario conjunto de vasos cerámicos decorados con escenas pintadas sobre danza, tauromaquia, naumaquia y pesca, entre otros.[2] Se hallaron también numerosos letreros en idioma ibero, monedas, objetos de adorno y armas.[11] Así pues, la cerámica muestra la clase privilegiada del contexto urbano de Edeta entre finales del siglo III y principios del II a. C., inmortalizada por los artesanos y artistas especializados que trabajaban a su servicio y que, como el campesinado, no aparecen reflejados en la iconografía.
Vaso de la Doma
, cerámica decorada de Tosal de San Miguel en el Museo de Prehistoria de Valencia.