Poblado ibérico de la Seña
Se trata de un emplazamiento que ha estado dedicado a usos agrícolas desde tiempos muy remotos,[1] como demuestra la existencia del yacimiento y el propio topónimo aceña, que deriva del árabe hispánico assánya y hace referencia a la probable existencia de una noria hidráulica en la zona.Está construida con mampuestos paralelepipédicos trabados con tierra y colocados regularmente, manteniendo cada hilera horizontal.La altura conservada (aproximadamente 1,10 m) corresponde casi en su totalidad a ese zócalo.[3] Fue Domingo Fletcher quien, en los años 40, delimitó y afianzó la identificación del yacimiento como ibérico.Entre 1985 y 1989 Helena Bonet dirigió cinco campañas de excavación consecutivas que sacaron a la luz los niveles pertenecientes a las dos fases de ocupación del asentamiento, el Ibérico Pleno y el Ibérico Antiguo.