[1] La naturaleza es un sistema integrado, cada uno de sus eslabones desempeña un papel específico en el equilibrio ecológico general, que puede ser muy completo o bastante limitado, según la especie.
De esa interactividad inherente al funcionamiento de la naturaleza, proviene que muchas amenazas ambientales, sino todas, no quedan limitadas a su origen, sino que se interpenetran, interaccionan, acumulan y se refuerzan mutuamente, produciendo efectos que pueden ser imprevisibles, incontrolables, de vasta escala y larga duración, y a veces irreversibles.
También son factores relevantes los residuos producidos en la minería, y, aunque puntuales, los accidentes que producen las descargas de substancias contaminantes, los cuales, no obstante su origen circunscrito, pueden generar daños en gran escala.
[11] Esas substancias afectan todos los sistemas corporales, produciendo enfermedades como cáncer, teratogénesis, cataratas, muerte fetal, insuficiencia hepática, encefalopatiía, distonía vascular, esclerosis cerebral, enfisema pulmonar, esterilidad, perturbaciones motoras, asma, alergias, duodenitis, úlcera gástrica y muchas otras.
En 2012 había solo 90 fiscales del gobierno federal para cubrir todo el territorio brasileño.
Remolacha, piña, papaya y la col estaban contaminadas en el 30% de las muestras.
Especialistas en salud pública dicen que las cifras reales son mayores, porque el seguimiento continúa siendo incompleto".
[17] La contaminación del suelo regularmente acaba contaminando los manantiales hídricos por infiltraciones hasta el lecho freático y por la escorrentía del agua de lluvia hasta los ríos y lagos, continuando allí ejerciendo sus impactos perniciosos a la salud humana a la biodiversidad.
Esos factores, actuando en separado o en combinación, causan grandes pérdidas en la biodiversidad del suelo, incluyendo la biodiversidad microscópica, gran responsable de la producción y fijación de los nutrientes necesarios para su fertilidad, generando serios perjuicios a las agricultura y a la ganadería.
Suelos por naturaleza frágiles o rasos están particularmente sujetos a la degradación.
[26] Las principales fuentes de la basura, en la definición del portal Ambiente Brasil, transcrita íntegramente, son:[27] El problema de la basura es global, afectando tanto a la tierra como a las aguas interiores y al mar.
Aún la basura que recibe un "destino adecuado", es decir, es recogida y depositada en locales controlados, el 44% acaba siendo incinerada,[28] generando polución atmosférica.
[29] La restante, que no recibe "destino adecuado", acaba en vertederos a cielo abierto, en ríos, lagos y en el mar.
[28] El referido estudio añadió: La polución hídrica consiste en modificaciones de origen humano en las propiedades físicas y químicas del agua capaces de provocar daño a los seres humanos y/o a la vida salvaje, incluyéndose aquí tanto ríos y lagos como los manantiales subterráneos y el mar.
En este caso se incluyen los vertidos y los fertilizantes agrícolas, que representan para algas, hongos y bacterias un grande aporte de nutrientes, haciendo que sus poblaciones se multipliquen explosivamente, en un proceso llamado eutrofización.
Eso vale especialmente para los vertidos urbanos, que en el caso brasileño son los contaminantes más importantes, siendo raras las ciudades con recogida y tratamiento dentro de niveles aceptables.
Eso genera repercusiones negativas en amplísima escala, que pueden estar muy distantes de sus orígenes.
Algunas contaminaciones muchas veces son vehículo de enfermedades, como el cólera, la fiebre tifoidea, shingelose, amebiasis y otras parasitosis.
La polución hídrica también perjudica al turismo, los deportes acuáticos, el ocio, la higiene humana y los usos industriales, demostrándose así la enormidad del problema.
[35] Los impactos económicos negativos derivados de ese acúmulo de agravantes ambientales, productivos y sanitarios son proporcionalmente grandes,[35] pero aún hay pocos estudios sobre este aspecto, y el coste final no está bien cuantificado.
[44] Conforme su composición, algunas partículas tienen la capacidad de llevar substancias tóxicas dentro del organismo.
Ellos, junto con otros procesos industriales, agrícolas y productivos, además de la descomposición de basura orgánica, emiten una variada plétora de gases nocivos directa o indirectamente a la salud humana y a la biodiversidad, como los compuestos clorados, fluorados, sulfurados, nitrogenados, aldehídos, hidrocarbonados, ácidos y otros.
[46] Freitas, Pereira & Saldiva los describen: Muchos de esos gases reaccionan con otros componentes atmosféricos produciendo poluentes secundarios.