Primer ministro de Yugoslavia

Sin embargo la tensión entre croatas y serbios[2]​ llevó al rey Alejandro I a suspender la constitución, inhabilitó al parlamento y acumuló poderes dictatoriales el 6 de enero de 1929.

Pese a la nueva situación política, se mantuvo el cargo de primer ministro con jefe del gobierno bajo supervisión real.

El rey Pedro II y el gobierno partieron hacia el exilio en Londres.

El gobierno yugoslavo en el exilio tenía poca influencia tanto política como militar en la lucha contra los alemanes, en cambio los partisanos yugoslavos, mayoritariamente comunistas, adquirieron la preponderancia dentro de la resistencia bajo la dirección de Josip Broz Tito.

Tito y los comunistas concurrieron a los comicios bajo la coalición del Frente Unitario Nacional de Liberación, logrando obtener un triunfo aplastante con un 90% de los votos.

[11]​ Por su parte, los monárquicos se negaron a participar en las elecciones y las boicotearon,[12]​ lo que no hizo más que consolidar la victoria de la coalición comunista.