[7] El placer desempeña un papel central en la familia de teorías filosóficas conocidas como hedonismo.
[5][8][6] Estos términos se utilizan de maneras superpuestas, pero sus significados tienden a separarse en contextos técnicos como la filosofía o la psicología.
[9] En algunas concepciones, la felicidad se identifica con "el exceso del individuo de la experiencia agradable sobre la desagradable".
El placer puede tener un papel que desempeñar en esta actitud, pero no es idéntico a la felicidad.
[18] Una terminología alternativa se refiere a estas teorías como fenomenalismo (phenomenalism) e intencionalismo (intentionalism).
[1][18] Más recientemente, se han propuesto teorías disposicionales (dispositional theories) que incorporan elementos de ambos enfoques tradicionales.
Una deficiencia obvia de esta teoría es que muchas impresiones pueden estar presentes al mismo tiempo.
[7][20] Estos problemas pueden evitarse mediante las teorías de cualidad sentida (felt-quality-theories), que ven el placer no como una sensación, sino como un aspecto que cualifica sensaciones u otros fenómenos mentales.
[7][1][21] Como aspecto, el placer depende del fenómeno mental que cualifica, no puede estar presente por sí mismo.
Según este enfoque, las experiencias placenteras difieren en contenido (beber un batido, jugar al ajedrez) pero coinciden en sentimiento o tono hedónico.
[7][1] Como analogía, una cosa vívidamente verde y una cosa vívidamente roja no comparten una propiedad de color regular, sino que comparten la "vivacidad" como una propiedad de orden superior.
Un argumento importante en contra de esta versión es que, aunque a menudo es el caso de que primero deseamos algo y luego lo disfrutamos, esto no siempre puede ser el caso.
[22][18] Pero esta versión se enfrenta a un problema relacionado con el dilema de Eutifrón: parece que normalmente deseamos cosas porque son agradables, no al revés.
[21][3] Así que las teorías del deseo se equivocarían en cuanto a la dirección de la explicación.
Pero también es hecho establecido, aunque por la mayoría considerado inmoral, que se puede llegar a sentir placer haciendo daño a otras personas o a animales y cosas (el llamado sadismo) o contemplando como sufren (lo que los alemanes denominan con la palabra Schadenfreude); inversamente, se puede obtener placer al sentir dolor en el caso del masoquismo.
Según la versión egoísta, cada agente solo debe aspirar a maximizar su propio placer.
[24][23] El utilitarismo, por otro lado, es una familia de teorías altruistas que son más respetables en la comunidad filosófica.
[25][23] Esta suma total incluye también el placer del agente, pero solo como un factor entre muchos.
Según el hedonismo axiológico (axiological hedonism), es lo único que tiene valor intrínseco (intrinsic value) o es bueno en sí mismo.
[26] Esta posición implica que cosas distintas del placer, como el conocimiento, la virtud o el dinero, solo tienen valor instrumental: son valiosas porque o en la medida en que producen placer, pero carecen de valor de otra manera.
[32][33][34] El placer debido a la belleza no tiene que ser puro, es decir, excluir todos los elementos desagradables.
[35] En cambio, la belleza puede involucrar placer mixto, por ejemplo, en el caso de una historia bellamente trágica.
[39][30] Por ejemplo, la alegría de mirar un paisaje hermoso aún sería valiosa si resultara que esta experiencia fue una ilusión, lo que no sería cierto si esta alegría se debiera a ver el paisaje como una valiosa oportunidad inmobiliaria.
[40][12] Esto suele entenderse en combinación con el egoísmo, es decir, que cada persona solo busca su propia felicidad.
Afirma que nuestra impresión general de los eventos pasados está determinada en su mayor parte no por el placer y el sufrimiento totales que contenían, sino por cómo se sentían en sus picos y en su fin.
[46] Por ejemplo, la memoria de una colonoscopia dolorosa mejora si el examen se extiende por tres minutos en los que el endoscopio todavía está adentro pero ya no se mueve, lo que resulta en una sensación moderadamente incómoda.
Las distorsiones debidas a la regla de pico-fin ocurren en el nivel del yo recordador.
La "ilusión" ocurre cuando las personas consideran el impacto de un factor específico en su felicidad general.
En el lado positivo, preferimos que las experiencias placenteras estén cerca en lugar de distantes.
En el lado negativo, preferimos que las experiencias dolorosas estén lejos en lugar de cerca.