[1] El alivio a menudo se acompaña de un suspiro, el cual marca la transición emocional.
[3][4] En un estudio de 2017 publicado en Psychology, se sugiere que el alivio puede ser una emoción que puede reforzar ansiedad a través de la evitación, o ser un mecanismo adaptativo para el estrés y la frustración.
En el primer caso la gente se concentra en cómo evitar que algo así pueda volver a suceder.
[7] También se ha sugerido que el alivio puede reforzar la evitación, ya que al premiar la huida de una situación tensa, podría ayudar a provocar una evitación patológica y llevar a desórdenes de ansiedad.
[9] Cuando la gente está enfrascada en una tarea difícil , como un rompecabezas imposible, suspira entre intentos o cuando abandonan.