Copa Mundial de Fútbol de 1950

El estallido del conflicto un año antes hizo que todo quedase en suspenso, sin saber cuándo se volvería a retomar.[5]​ Cuando la guerra terminó en 1945, la FIFA quería reanudar la Copa Mundial tan pronto como fuera posible y programó un congreso para el año siguiente en Luxemburgo.Allí se planteó que Suiza acogiese la cuarta edición, prevista en principio para 1949, al ser una economía boyante.[5]​ Su presidente, Getúlio Vargas, se garantizó el apoyo del líder argentino Juan Domingo Perón siempre y cuando el siguiente evento en América fuese organizado por el país andino.[6]​ Además, propusieron que la Copa Mundial se celebrase en 1950 para garantizar el mayor número posible de participantes.Los campeones de la última edición (Italia) y el anfitrión (Brasil) clasificaron automáticamente, por lo que quedaron en juego 14 cupos directos.Previamente la FIFA había decretado que Alemania y Japón no podían jugar por su papel en la Segunda Guerra Mundial como potencias del Eje.En este caso, se permitió que la edición 1949/50 de su campeonato propio, el British Home Championship, sirviese como grupo clasificatorio con dos plazas directas.En el resto de Europa, varios países abandonaron la ronda previa por motivos económicos, poco favorables al gasto que suponía el desplazamiento en plena posguerra.España, Italia, Suecia, Suiza y Yugoslavia consiguieron el pase sin problemas, pero Turquía, campeona del grupo 2, se ausentó al alegar «dificultades insalvables».[6]​ La primera decisión que se tomó fue establecer dorsales de identificación para los jugadores, del 1 al 11 y comenzando obligatoriamente por el portero.El estadio Pacaembú, abierto en 1940, vio duplicado su aforo hasta los 60.000 espectadores para ser subsede de la fase final.[18]​ La «Superball» brasileña perfeccionaba el modelo original: era un balón de 12 paneles, con costura y pico invisibles, que se podía inflar con una válvula.Aunque Maracaná se estrenó una semana antes, la inauguración oficial llegó el 24 de junio con el primer partido entre Brasil y México, donde los locales ganaron por goleada (4–0).Sin embargo, la segunda jornada deparó una sorpresa: mientras los balcánicos volvían a vencer con suficiencia, Brasil empató 2–2 contra Suiza en su único partido en São Paulo.[28]​ Los nuevos convocados por Italia, aún consternados, se negaron a viajar en avión y prefirieron cruzar el Atlántico en el buque Sises.El viaje duró más de dos semanas y para cuando llegaron a São Paulo estaban agotados, sin entrenar en condiciones.El comité organizador hizo que Italia jugase sus dos partidos en la capital paulista porque allí residía una numerosa comunidad de inmigrantes italianos.Al final los suecos sorprendieron a público y prensa con una clara victoria por 3–2 que marcó el resto de la ronda.Sin embargo, Italia derrotó a los paraguayos por 2–0 con goles de Carapellese y Pandolfini, limpiando la pobre imagen ofrecida en su debut.El combinado oriental salió con todas sus estrellas y era el claro favorito, así que el estadio Independência registró la peor entrada del torneo: 5.300 espectadores.En el primero estuvo a punto de perder contra España, pero Obdulio Varela empató 2–2 en la segunda mitad.En este escenario, la sociedad brasileña ya estaba celebrando un título que aún no habían logrado.En los vestuarios, el seleccionador charrúa Juan López Fontana pidió a sus hombres que jugaran defensivamente para evitar una derrota humillante.En el minuto 66, Alcides Ghiggia escapó por la derecha y tras simular que remataría a puerta optó por un pase al medio del área, donde el ingreso sin marcas de Juan Alberto Schiaffino le permitió igualar.Ghiggia superó en la marca a Bigode, amagó un centrochut y logró que el arquero Moacir Barbosa dejase un resquicio en el palo derecho, para batirle con un tiro raso.[22]​[31]​ Tal era la conmoción que Jules Rimet aseguró haberle entregado la Copa de la Victoria al capitán Obdulio Varela «casi a escondidas».Roque Gastón Máspoli Erik Nilsson José Parra Rodríguez Andrade Bauer Jair Alcides Ghiggia Obdulio Varela Ademir Zizinho Juan Alberto Schiaffino El «Maracanazo» causó una tremenda conmoción entre los brasileños, que no esperaban perder su propia Copa Mundial.[40]​ El seleccionador Flávio Costa trasladó la concentración en la fase final al estadio São Januário, donde sus jugadores no dejaban de ser interrumpidos por políticos, patrocinadores y otras personalidades.[44]​ En una entrevista llegó a declarar: «La pena máxima en Brasil por un delito son treinta años, pero yo he cumplido condena durante toda mi vida por lo que hice».
Sello postal brasileño con motivo de la Copa Mundial.
Juego de inauguración del Estadio del Maracaná, antes de la Copa del Mundo de 1950. Archivo Nacional del Brasil .
Vista aérea del estadio Maracaná .
Réplica del balón oficial de la Copa Mundial de 1950.
Selección uruguaya , campeona del mundo de 1950. De izquierda a derecha, de pie (con exclusión de los miembros de la AUF , quienes tienen el símbolo de la asociación en el medio del pecho): Varela , Tejera , Gambetta , González , Máspoli y Andrade . En cuclillas: Ghiggia , Pérez , Míguez , Schiaffino y Morán . De pie, entre Varela y Tejera está el entrenador Juan López Fontana .
El brasileño Ademir fue el máximo goleador.
El primer gol del equipo Uruguayo, hecho por Juan Schiaffino.