Siete maravillas del mundo antiguo

Según Báez la descripción es muy escueta, pero ya cuenta una enumeración de monumentos que sí pudo contemplar Antípatro, al menos sus ruinas.Aquí surge un primer problema que ha causado cierta polémica hasta el siglo XX: la inclusión de los Jardines Colgantes porque este autor es uno de los pocos que lo menciona y resulta muy difícil encontrar referencias a estos monumentales jardines en las fuentes mesopotámicas y clásicas.[9]​ También se relacionan con las maravillas los lugares citados en un tratado titulado Περὶ τῶν ἑπτὰ θεαμάτων (Sobre las siete maravillas), que fue atribuido al bizantino Filón, un autor que vivió en torno al 300 a. C. Sin embargo, la opinión de la crítica se inclina porque en realidad se trata de un texto mucho más tardío, probablemente del siglo IV d. C.[10]​ En esta lista figuran los mismos lugares que los citados por Antípatro, aunque la parte correspondiente al mausoleo de Halicarnaso está mutilada.En la Alta Edad Media, Beda el Venerable escribió De septem mundi miraculis, en la cual también incluye construcciones romanas y descarta las Pirámides.Por otra parte tampoco existió un criterio de selección; así aparecen edificios, esculturas e incluso ciudades enteras.En ese siglo el pintor neerlandés Maerten van Heemskrerck realizó una serie de pinturas y dibujos sobre las maravillas del mundo antiguo.La Gran Pirámide pertenece al Imperio Antiguo y requería ir hasta Egipto para verla.[17]​ No se sabe con certeza si los rodios reconvirtieron la máquina de asedio Helépolis en una estatua, como indica Filón de Bizancio, o vendieron las piezas que no se pudieron utilizar y con lo cobrado financiaron la construcción del monumento, según Fernando Quesada Sanz (2009, p. 225).Beroso sí los menciona y también Diodoro Sículo,[18]​ lo mismo que Estrabón y Flavio Josefo,[14]​ pero en las fuentes babilónicas no aparecían, ni tampoco Heródoto aporta testimonios, aunque sí habla de las murallas o el palacio.[14]​ Otros asiriólogos como Donald Wiseman han defendido las teorías de Koldewey posteriormente.[5]​ Aun con todo, Stephanie Dalley (2013) encontró a principios del siglo XXI en tres tabillas llevadas al Museo Británico la descripción de un jardín aterrazado y abovedado construidos por Senaquerib en Nínive.Para la autora británica los famosos Jardines nunca fueron construidos en Babilonia; sino en Nínive, capital de Asiria, y los griegos confundieron una ciudad con la otra.Asimismo, han llegado a nuestros días varias obras de su autor que pueden dar idea del estilo escultórico utilizado por Fidias.Pese a todo, aún son visitables parte de sus cimientos y la ubicación de la tumba del rey con la piedra que la protegía[19]​ Al visitar el castillo pueden encontrarse algunas piedras intactas con inscripciones que permiten identificarlas como parte del monumento al sátrapa Mausolo.Sobre el Templo de Artemisa se conocía su diseño con bastante exactitud gracias a la descripción dada por Plinio el Viejo.[21]​ Sin embargo, las dimensiones descritas por Plinio el Viejo junto con otros autores, no fueron creídas durante mucho tiempo: ¿cómo iba a existir un templo cuatro veces más grande y casi el doble de alto que el Partenón de Atenas?, preguntaba Gööck (1968).Actualmente los cimientos están cubiertos por el pantano, pero se conservan algunas columnas en su emplazamiento inicial y otras esparcidas por los alrededores.Pero en el fondo la mayoría desaparecieron por no seguir teniendo una misión que cumplir, ya sea esta religiosa o de otra índole, sobre todo tras la llegada de nuevos credos como el cristianismo o el islam.
Reconstrucciones aproximadas de las Siete maravillas del mundo antiguo .
Las murallas de Babilonia, en la imagen, estuvieron en las primeras listas en vez de los Jardines Colgantes.
Grabado del Coloso siguiendo la idea medieval contraria a las fuentes. [ 5 ] ​ Es la única maravilla que figura en todas las listas.
Las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, algunas pintadas por Maerten van Heemskrerck .
La Acrópolis ateniense no fue incluida en ninguna lista.
Comparación aproximada del Partenón de Atenas con el Templo de Artemisa en Éfeso (este último es el de la izquierda, en la imagen).
La Gran Pirámide ya no brilla cuando refleja el Sol al haber perdido su recubrimiento de caliza blanca pulida además de 15 metros de altura.