[1] El templo se alzó sobre el santuario más famoso de toda Grecia, que había sido dedicado a las deidades panhelénicas locales y probablemente se había establecido hacia fines del período micénico.
El Altis, anexo con su arboleda sagrada, los altares al aire libre y el túmulo de Pélope, datan de los siglos X y IX a. C.,[2] cuando el culto a Zeus se unió al ya establecido culto a Hera.
Las incongruencias en los estilos de ellas evidencian que el techo fue reparado durante la época romana[5].
El frontón occidental mostraba la Centauromaquia, el enfrentamiento durante la boda de Pirítoo entre lápitas y centauros, quienes habían transgredido la xenia, las normas sagradas de hospitalidad sobre los que se apoyan las conductas sociales.
Apolo[9] se hallaba parado en el centro, flanqueado por Pirítoo y Teseo.
[10] Los lápitas representaban el orden olímpico civilizado, mientras que los centauras representaban la naturaleza primitiva de los seres ctónico; el friso también recordaba a los griegos del siglo V a. C. su victoria sobre los persas, la amenaza «foránea» al orden helénico.
[11] Luego de saquear Corinto en 146 a. C., el general romano Lucio Mumio consagró veintiún escudos bañados en oro que fueron colgados en las columnas.
En 522 y 551 las ruinas fueron devastadas nuevamente por terremotos, quedando parcialmente enterrado el Templo de Zeus.