Esos descubrimientos se dejarían sentir en todo un movimiento artístico conocido como Neoclasicismo, basado en elementos pompeyanos y herculanos, en una nueva pintura decorativa (Adam, en Inglaterra),[3] con fondos oscuros, con ninfas o con otro tipo de escenas en el interior, arquitectura sutil y ligera, inspirada en los estilos pompeyanos; también esfinges, grifos, animales fantásticos,...[4] Con el deseo de recuperar las huellas del pasado, se pusieron en marcha expediciones para conocer las obras antiguas en sus lugares de origen.
[6] En Inglaterra, la Society of Dilettanti (Sociedad de Aficionados) subvencionó campañas arqueológicas para conocer las ruinas griegas y romanas.
Así, los egiptólogos[9] se especializaron en estudiar la civilización del Antiguo Egipto, comenzando por el famoso Jean-François Champollion.
Schliemann también excavó en Micenas buscando la tumba del caudillo griego Agamenón, que dirigió nominalmente la campaña aquea contra Troya.
Muchos otros arqueólogos siguieron a Schliemann y llevaron adelante investigaciones más científicas en las orillas del Mar Egeo.