Durante dos años estuvo trabajando en la corte del margrave de Bayreuth (1745-47).
Después pasó por Italia, donde pudo estudiar a los pintores manieristas (Tiziano, Veronés) y a los clasicistas (Carracci, Guido Reni).
Allí se hizo famoso como pintor retratista.
Retrató a la aristocracia europea de mediados del siglo XVIII.
Desde 1750 en adelante trabajó principalmente en París, pero hubo periodos en que trabajó en otros lugares, llamado por las cortes: Estocolmo (1774), San Petersburgo (1775, donde pintó una serie de retratos de hombres de estado de la Rusia Imperial, incluyendo los de Iván Betskói y Iván Shuválov), Varsovia y Viena (1778).