El resto del trayecto, que atraviesa el Prepirineo ilerdense hasta La Pobla de Segur, tiene un cariz más turístico aunque también forma parte del Cercanías de Lérida por la Línea RL2 y tarda 1 h 33 minutos en recorrer la línea completa.
Con la instauración de la dictadura franquista se reiniciaron los trabajos pendientes del Plan Guadalhorce.
Las obras del trazado hasta Puebla de Segur continuaron su ritmo.
Eso supuso que el gobierno paralizara el ferrocarril Baeza-Saint Girons; en la zona sur se desaprovechó el tramo entre Baeza y Utiel, cuya construcción estaba muy avanzada, y en el norte se descartó la interconexión con Francia.
Durante las décadas de 1960 y 1970 España vivió una gran popularización del automóvil, que cada vez era más asequible para las economías familiares, junto con el gradual despoblamiento de zonas rurales como los Pirineos.
El transporte por carretera desplazó al ferroviario a un segundo plano, y tanto las inversiones gubernamentales (concentradas en ampliar y mejorar la red de carreteras) como el pasaje de las líneas en activo disminuyó notablemente.
[8] No obstante, por otra parte las comunidades autónomas, diputaciones y otros entes locales podrían evitar el cierre de aquellas líneas que transcurrieran por su territorio si se comprometían a sufragar los costes que estas generasen.
Al margen de las cuestiones técnicas, durante varias décadas tuvo lugar una larga batalla política entre la administración autonómica y el gobierno central para conseguir que se traspasara la línea Lérida-Puebla de Segur a la Generalidad.
Según las condiciones del acuerdo, la administración autonómica catalana pasaría a ser propietaria de toda la infraestructura desde el kilómetro 1,927 hasta Puebla de Segur, y tendría derecho a utilizar la vía desde este mismo kilómetro hasta la estación Lérida Pirineos y a hacer uso de la misma.
En el tramo que permaneció abierto se aprovechó la disponibilidad de material móvil para aumentar las frecuencias entre Balaguer y Lérida, con buena aceptación entre los usuarios.
En el año 2006 el ente Renfe Operadora sustituyó parte del material móvil que circulaba por la línea con nuevos trenes, cosa que permitió mantener las nuevas frecuencias entre la capital del Segriá y la de la Noguera.