[1] Hasta la fecha, los restos arqueológicos hallados en el término municipal demuestran que la presencia humana más antigua se remonta a la Edad de Bronce, pese a que se trata de restos poco significativos.
Este camino conectaba la región prelitoral con las tierras altas del interior y cuyo origen parece ser prerromano.
Posteriormente, en 1792, durante su expedición científica por España, el botánico Antonio José de Cavanilles llega a Alcora, encontrándola en pleno auge dada su floreciente actividad ceramista iniciada en el 1727.
Después del conflicto, en el 1818, el Duque de Híjar cedió sus derechos señoriales a la Corona.
Durante el encuentro, Cabrera mantuvo la posición, forzando a que las tropas de di Carminati se retiraran.
En ambas ocasiones, los carlistas salieron perdedores, además de que se vieron obligados a retirarse hacia Lucena y Villahermosa.
Alcora será liberada por los ejércitos de los generales Chacón y Montenegro por su respaldo a la causa carlista.
Al igual que en otros pueblos de la provincia, el movimiento anarcosindicalista tuvo un impacto significativo, impulsado desde los sindicatos CNT y UGT.
Este municipio ha sido reconocido históricamente por la cerámica producida en la Real Fábrica de Loza Fina y porcelana.
[8] Semana Santa La Semana Santa Alcorina data del siglo XVI, siendo entonces cura párroco el Venerable D. Juan Bautista Bertrán, quien fundó la Cofradía del Dulce Nombre y Purísima Sangre de Jesús.
[12] San Antonio Abad Se celebra el sábado más cercano al día 17 de enero.
Al finalizar se reparten las tortas típicas de anís (prims) a cada participante con un animal.
Cada año, una figura destacada del ámbito político, social, cultural o deportivo es invitada a iniciar la "Rompida".
[14] Como tradición arraigada en l'Alcora, es una celebración emblemática que conmemora el milagro del patrón de la villa, San Cristóbal (Sant Cristòfol, en valenciano).
Según la tradición popular, el inicio de esta romería data del siglo XVIII, cuando, durante una devastadora sequía en Alcora, los ruegos y oraciones no lograban cambiar la situación.
Ante tal situación, el Consejo municipal decidió enviar a niños menores de siete años a la ermita más alta, San Cristóbal, para que desde allí, más cerca del cielo, elevaran sus súplicas.
En agradecimiento, una vecina donó sacos de harina, con los cuales se elaboraron rollos con semillas, distribuidos entre todos los niños del pueblo.
En agradecimiento por la lluvia concedida, al día siguiente volvieron a salir en romería hacia la ermita de San Cristóbal.
Actualmente se conserva la tradición de ascender hasta San Cristóbal y pasar el día en los bosques circundantes, donde se preparan juegos para los más pequeños, como el ancestral juego de romper cántaros.
Este itinerario atraviesa antiguos senderos que conectan amplias zonas del término municipal de l'Alcora.
Constituye una excelente oportunidad para explorar los diversos paisajes que abarcan los 95 km² del municipio.
Durante todo un fin de semana, la Alcora retrocede en el tiempo para conmemorar su pasado medieval en el Alcalatén.
La composición instrumental está formada por cuerda de rondalla (Guitarras, guitarrones, bandurrias, cítaras, contrabajo y violines).