José de Ribera

Autor prolífico y de éxito comercial, su fama reverdeció durante la eclosión del realismo en el siglo XIX; fue un referente imprescindible para realistas como Léon Bonnat.

Etiquetado por largo tiempo como un creador truculento y sombrío, mayormente por algunas de sus pinturas de martirios, este prejuicio se ha diluido en las últimas décadas gracias a múltiples exposiciones e investigaciones, que lo reivindican como creador versátil y hábil colorista.

Sus principales clientes serían la Iglesia católica y coleccionistas privados, varios de ellos españoles como él.

Pronto se asentó en la casa del anciano pintor Giovanni Bernardino Azzolini, que entonces no era muy conocido, al cual se atribuye una obra en la iglesia de Sant'Antonio al Seggio en Aversa: La coronación de la Virgen entre los santos Andrés y Pedro.

Su punto fuerte fue el uso del tenebrismo de Caravaggio, si bien en su madurez evolucionaría hacia un estilo más ecléctico y luminoso.

Sin nombrar a Ribera, pero aludiendo sin duda a él, Jusepe Martínez en sus Discursos practicables del nobilísimo arte de la pintura cuenta que al visitar Nápoles, en 1625, halló «un insigne pintor, imitador del natural con gran propiedad, paisano nuestro, del reino de Valencia, de quien recibí mucha cortesía», y que habiéndole preguntado por qué no trataba de regresar a España, «pues tenía por cierto eran vistas sus obras con toda veneración», le contestó:

[10]​ Ya en vida era famoso en su tierra natal y prueba de ello es que Velázquez lo visitó en Nápoles en 1630.

Comenzó entonces la rivalidad entre Ribera y el otro gran protagonista del siglo XVII napolitano, Massimo Stanzione.

En siglos posteriores, la apreciación del arte de Ribera se vio condicionada por una leyenda negra que lo presentaba como un pintor fúnebre y desagradable, que pintaba obsesivamente temas de martirios con un verismo truculento.

Lord Byron presentó en su Don Juan al «Españoleto mientras humedecía su pincel con la sangre de todos los santos».

[11]​ Esta idea equivocada se impuso en los siglos XVIII y XIX, en parte por escritores extranjeros que no conocieron toda su producción.

Entre los discípulos de Ribera se incluyen Francesco Fracanzano, Luca Giordano y Bartolomeo Bassante.

Una gran pintura, La resurrección de Lázaro (h. 1616), fue adquirida por el Museo del Prado en 2001, cuando su autoría era aún discutida.

La Galería Borghese de Roma posee El juicio de Salomón, obra que se atribuía a un artista anónimo y que al asignarse a Ribera, ha permitido indirectamente reatribuirle varias obras más.

Entre los años 1620 y 1626 apenas se fechan obras pictóricas, pero a este período corresponden la mayoría de sus grabados, técnica que cultivó con maestría.

[14]​[15]​ También se atribuía a Ribera un escudo del marqués de Tarifa, fechable hacia 1629-33, en el cual el artista valenciano pudo grabar los angelotes de la parte superior; sin embargo, los últimos estudios desestiman la autoría.

Son ejemplos de este momento La Inmaculada Concepción (1650, Museo del Prado), San Jerónimo penitente (1652, Museo del Prado) y una gran Sagrada Familia (Metropolitan Museum, Nueva York), cuya ternura y riqueza de color sintonizan con Guido Reni.

Pero Ribera no es rudo ni primitivo; completa su formación enriqueciéndose con otras obras de la cultura italiana que le son pronto familiares.

Se interesa por los temas mitológicos (si bien no tuvo muchos encargos de este tipo) y estudia las esculturas del antiguo Imperio romano.

Ya en 2011, una exposición en Madrid y Nápoles ha plasmado los últimos hallazgos sobre el artista: su etapa inicial en Italia.

Juicio de Salomón , 1609-1610. Galería Borghese , Roma . Este óleo, anteriormente atribuido por Roberto Longhi a un presunto «Maestro del Juicio de Salomón» [ 6 ] ​ no identificado, se ha descubierto ser el primer cuadro documentado de José de Ribera, cuando trabajaba en Roma con alrededor de dieciocho o diecinueve años, a partir de las investigaciones de Gianni Papi en 2002. [ 7 ]
San Andrés , hacia 1616.
El Tacto , cuadro de la serie de Los sentidos ( Museo Norton Simon , Pasadena , Estados Unidos ).
Martirio de San Andrés , Museo de Bellas Artes de Budapest , 1628.
Altar mayor del Convento de las Agustinas de Salamanca . En el centro, la Inmaculada Concepción .
La mujer barbuda (Fundación Casa Ducal de Medinaceli, depositado en el Museo del Prado ).
La Inmaculada Concepción , c. 1630 ( Museo del Prado ).
Magdalena penitente , 1641 (Museo del Prado).
Retrato de don Juan José de Austria a caballo , 1648 (Galería de las Colecciones Reales).
Autorretrato de José de Ribera , grabado de Hamlet Winstanley (1729).
Santa Cecilia , 1647 ( c. ), considerado uno de los dibujos más bellos de toda su producción. [ 18 ] ​ Museo del Prado, Gabinete de Dibujos, Estampas y Fotografías .
Monumento a Ribera en su Játiva natal