José Revueltas

Su hija Andrea Revueltas se dedicó a la publicación de sus obras junto con Philippe Cheron.Debido a su activismo, José Revueltas sufrió, aparte de su primer encierro en la correccional, tres encarcelamientos políticos más en su vida.Revueltas tuvo que vivir escondiéndose entre las casas de Arturo Cantú, Carlos Eduardo Turón, Paz Cervantes y Selma Beraud.[1]​ En ese contexto, Revueltas le escribe una carta al jefe de la policía Luis Cueto Ramírez, para hablar sobre la persecución que según el escritor, seguro lo mataría, por tal motivo, pedía un último deseo como condenado a muerte:[1]​ Revueltas fue detenido en noviembre de ese año en la colonia Portales luego de dar una conferencia en Ciudad Universitaria.Una vez concluida su condena y con problemas de salud se dedicó a dictar conferencias, impartir clases de cine en Estados Unidos, ofrecer entrevistas, y a seguir escribiendo.La literatura revueltiana abarcó la novela, el cuento, el drama y también (aunque en menor escala) la poesía.Con respecto a estas novelas, en entrevista con María Josefina Tejera, quien le pregunta si había recibido autorización del partido comunista y cuál fue la reacción del mismo ante éstas, Revueltas contesta: A las obras anteriormente citadas siguen Dios en la tierra de 1944 y Los días terrenales, de 1949.En 1958, escribe México: una democracia bárbara, libro donde denuncia al cerrado y contradictorio sistema político mexicano.Por último, en México 68: juventud y revolución, Revueltas nos ofrece las vivencias, cartas y manifiestos que produjo el movimiento estudiantil que desembocó en la matanza del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas.Al funeral llegó de parte del presidente Luis Echeverría, el secretario de Educación Pública Víctor Bravo Ahuja, quien fue obligado a abandonar el lugar por Martín Dosal, un profesor que había compartido la prisión con Revueltas.