Un minuto, o 60 segundos, es un período de tiempo común para la conmemoración, aunque los organizadores pueden elegir otros períodos de tiempo, normalmente relacionados de alguna manera con el evento que se conmemora (puede darse un minuto por cada muerte conmemorada, por ejemplo).
Durante un momento de silencio, sus participantes normalmente pueden inclinar la cabeza, quitarse el sombrero y abstenerse de hablar o moverse mientras dure el mismo.
El minuto de silencio es una práctica extendida a lo largo del siglo XX.
La práctica actual se atribuye al australiano Edward George Honey, exsoldado del ejército británico en la Primera Guerra Mundial, quien propuso que los británicos guardaran cinco minutos de silencio el 11 de noviembre de 1919, fecha del primer aniversario del tratado de armisticio, para rendir tributo a las víctimas del conflicto.
[2] Con el paso del tiempo, la práctica se ha extendido a otros ámbitos.