La República Democrática del Congo posee gran riqueza en materia de recursos minerales, cuya existencia ha generado graves conflictos en la zona vinculados a su posesión y control.
Para ello será necesario realizar una breve reseña de los acontecimientos históricos más relevantes que han tenido a este recurso como protagonista.
Todas aquellas referencias resultan necesarias para poder abordar el objetivo principal del trabajo: reflexionar acerca del impacto que la guerra lo que ha tenido sobre la población civil, cómo los Derechos Humanos han sido sistemáticamente violados.
Aunque formalmente la guerra finalizó en 2003, los muertos por esta causa se elevan ya a seis millones.
Los primeros habitantes del territorio que hoy ocupa la República Democrática del Congo fueron tribus pigmeas, que fueron reemplazadas por las naciones bantúes, después de un período conocido como las Migraciones Bantúes.
Al igual que los Luba, establecieron una gran red comercial donde se traficaban varios productos, en particular esclavos y recursos minerales.
Esto convirtió a Leopoldo en inmensamente rico, de manera que pudo construir grandes edificios en su honor en ciudades como Bruselas y Ostend.
Este dominio perduró a lo largo de la primera mitad del siglo XX, aunque la rudeza fue decreciendo con el tiempo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, fuerzas nativas del Congo fueron enviadas a combatir en el frente italiano, logrando varias victorias.
En octubre de 1959 el MNC y otros partidos independentistas organizan una reunión en Stanleyville (actual Kisangani).
Esto provocó gran alarma entre los cien mil residentes europeos y minó la confianza en el nuevo gobierno, que no aseguraba controlar sus propias fuerzas armadas.
En respuesta a esta situación, fuerzas belgas entraron nuevamente en el país para apoyar al gobierno separatista.
Esto era una clara violación a la soberanía del nuevo Estado, más aún cuando nunca fueron solicitadas.
La Organización de las Naciones Unidas desplegó tropas para restablecer la situación en el país, pero nada hicieron con respecto a dichas provincias.
Cuando Lumumba decidió reaccionar enviando tropas para tomar el control de la región, la ONU revirtió su posición inicial e impuso militarmente un alto el fuego, impidiendo la entrada de tropas congoleñas.
Al mismo tiempo el vice primer ministro Antoine Gizenga estableció un gobierno paralelo pro-Lumumba en la ciudad de Stanleyville.
Las tropas no demoraron en darle caza y lo entregaron a leales del Coronel Mobutu Sese Seko.
[1] En 1964 un motín de tropas dirigidas por un mercenario europeo llamado Mike Hoare puso en aprietos al gobierno.
Una vez colapsada la unión Soviética el gobierno de Mobutu Sese Seko era ya inútil a sus intereses.
El gobierno intentó aplastarlos, matarlos, asustarlos y devolverlos, pero sus tropas ya no le eran leales.
Esto se tradujo en un enfrentamiento con las minorías que esperaban conquistar grados de autonomía una vez llegado el nuevo gobierno.
Tropas de Zimbawe, Angola, Namibia, Chad y Sudán se dirigieron a este maltratado territorio en apoyo del nuevo gobierno.
Pese a que oficialmente la guerra terminó en el año 2002, hasta agosto de 2005 permanecían varios grupos en actividades violentas en la zona.
Las fuerzas oficialistas lograron sostener al gobierno de Kabila lo suficiente como para realizar una gran contraofensiva, y expulsando a los tutsis y banyamulguenses del este de la RDC, hasta que el conflicto se transformó en una guerra abierta.
Esto se supone que lo realizó a petición de Nelson Mandela como requisito para iniciar negociaciones por un alto al fuego.
Pese a que nunca se probó participación internacional, esto generó nuevos brotes de violencia en toda la región.
Los observadores oficiales del Centro Carter informaron que los resultados de casi 2.000 colegios electorales en áreas donde el apoyo a Tshisekedi era fuerte se habían perdido y no se habían incluido en los resultados oficiales.
Las protestas comenzaron tras el anuncio de un proyecto de ley que permitiría a Kabila permanecer en el poder hasta que se pudiera realizar un censo nacional (las elecciones estaban previstas para 2016).
El presidente Félix Tshisekedi logró expulsar a los últimos elementos restantes de su gobierno que eran leales al exlíder Joseph Kabila.
El coronel Eddy Kapend y sus coacusados, que habían estado encarcelados durante 15 años, fueron liberados.