La congregación fue canónicamente unida a la Orden de Malta en 1777 por el papa Pío VI.
En España fue extinguida por un breve pontificio del mismo papa Pío VI, publicado en 1791.
La congregación religiosa formada por laicos fue confirmada por el papa Urbano II en el año 1095.
Las relaciones con los benedictinos residentes en el priorato, sin embargo, no fueron buenas y los conflictos entre ambas comunidades eran frecuentes.
En 1777 la congregación, enormemente reducida,[3] fue canónicamente unida a la Orden de Malta.
En España, la Orden fue extinguida a petición del rey Carlos III por un breve pontificio del papa Pío VI, publicado en 1791, repartiéndose sus bienes y rentas entre hospitales, iglesias locales y ayuntamientos, que estaban encargados de seguir con el servicio prestado por la Orden de atención a los enfermos.