Fuego

Y por lo tanto el fuego se le puede considerar que está en estado plasmático.

[1]​[2]​[3]​ Se le conoce también como lumbre[4]​ o candela (en Cuba, Puerto Rico y Venezuela).

En la mayoría de estas escuelas de pensamiento se suele añadir un quinto elemento a los cuatro tradicionales, que se denomina, alternativamente, idea, vacío, éter o quintaesencia (literalmente "la quinta esencia").

La tierra, que denominó terra pinguis, se consideraba portadora del principio de la inflamabilidad.

Su nombre podría traducirse como tierra grasa o tierra oleaginosa, que en la alquimia se conoce con el nombre de azufre, aunque Becher empleó también otras expresiones para designarla; entre ellas, azufre flogisto (este sustantivo derivado del griego phlogistos, que significa ‘inflamable’).

Finalmente fue la palabra flogisto la que acabó imponiéndose, gracias sobre todo a la labor del más efectivo defensor de sus ideas, Georg Ernst Stahl.

La teoría del flogisto se mantuvo hasta los años 1780, cuando Antoine Laurent Lavoisier, considerado el padre de la química moderna, diseñó un experimento para contrastarla.

Estos pueblos se imaginaban que el fuego había sido traído del cielo y puesto sobre el altar del primer templo que Zoroastro había mandado edificar en la ciudad de Xis, en la Media.

Hyde ha creído que este culto tenía por único objeto representar al Ser Supremo.

Esta religión subsistió entre los guebros o parsos, como también en muchos pueblos de América, entre otros, en Virginia.

Cuando estos pueblos volvían de alguna expedición militar o habían salido felizmente de un peligro inminente, encendían un gran fuego y atestiguan su alegría danzando a su alrededor con una calabaza o campanilla en la mano, como dando gracias a este elemento por haberles salvado la vida.

Evitan con gran cuidado meter en el fuego un cuchillo o siquiera tocarlo con este instrumento.

Antes de beber tienen la costumbre de volverse hacia al mediodía, que es el lado que, según ellos, corresponda el fuego, en honor del cual edifican también sus cabañas con la puerta mirando hacia esa parte.

Los antiguos africanos tributaban los honores divinos a este elemento y mantenían en sus templos un fuego eterno.

Los yakouts, población de Siberia, creen que existe en el fuego un ser, a quien atribuyen el poder de dispensar los bienes y los males y le ofrecen sacrificios perpetuos.

Durante la residencia de M. Pailas en Maiinatschiu, se prendió fuego la población; las llamas devoraban muchas casas y sin embargo, ningún habitante procuraba atajarlo.

Todos permanecían alrededor del incendio en una consternación inactiva; algunos arrojaban tan solo por intervalos gotas de agua en él para apaciguar al dios, que decían, había escogido sus habitaciones por un sacrificio.

Si los rusos no hubiesen extinguido el incendio, toda la ciudad habría quedado reducida a cenizas.

Este elemento tuvo altares, sacerdotes y sacrificios en muchísimas comunidades del planeta.

[15]​ El uso del fuego se volvió progresivamente más sofisticado, y se utilizó para crear carbón vegetal y controlar la vida silvestre desde hace "decenas de miles" de años.

[15]​ El fuego también se ha utilizado durante siglos como método de tortura y ejecución, como lo demuestra la muerte por quema y los dispositivos de tortura como la bota de hierro, que se puede llenar con agua, aceite o incluso plomo y luego calentar sobre un fuego para la agonía del usuario.

Quitan la maleza, quemando biomasa que podría desencadenar un fuego caliente si se vuelve demasiado denso.

Más tarde, la flota bizantina utilizó el fuego griego para atacar barcos y hombres.

En esta última guerra, tanto el Eje como los Aliados emplearon bombas incendiarias, en ciudades como Tokio, Róterdam, Londres, Hamburgo y particularmente Dresde; en los dos últimos casos, se crearon deliberadamente tormentas de fuego, en las que un anillo de fuego que rodeaba cada ciudad fue atraído hacia adentro por una corriente ascendente causada por un grupo central de incendios.

Este proceso provoca la emisión a la atmósfera de etileno, un compuesto químico presente en la vegetación y altamente combustible.

Dentro de estructuras cerradas o confinadas hay ciertos fenómenos especiales del fuego.

El fuego es una mezcla de gases incandescentes y otras partículas procedentes de una combustión.
En la mitología griega , el Etna era el volcán en cuyo interior se situaban las fraguas de Hefesto , que trabajaba en compañía de cíclopes y gigantes. El monstruoso Tifón yacía debajo de esta montaña, lo que causaba frecuentes terremotos y erupciones de humo y lava.
Tragafuegos indio en Bélgica. Para que la llamarada se produzca se sopla el combustible a través de la llama en presencia de oxígeno.
Inicio del fuego de forma natural por la caída de un rayo en un tronco, provocando un incendio forestal
Fuego en la ceremonia de la cena del solsticio de invierno (Muy Resp.'. Gr.'. Log.'. Nacional Mexicana "Independencia N.º 2")
Bosquimano iniciando un fuego en Namibia .
Proceso de encendido de un fósforo .
Pintura de la Catedral y el edificio de la Academia después del Gran Incendio de Turku , por Gustaf Wilhelm Finnberg , 1827.
Hamburgo después de cuatro bombardeos incendiarios en julio de 1943, que mataron a unas 50.000 personas. [ 19 ]
Un incendio en una casa de Nueva Orleans , tras el paso del Huracán Katrina en 2005