Tormenta ígnea

El aire frío que se encuentra al nivel del suelo en el área circundante se apresura a ocupar el vacío dejado por el aire en ascenso, creando fuertes vientos que ventilan más las llamas agitándolas y proveyéndolas de más oxígeno.

Los vientos en algunos de estos vórtices pueden alcanzar fuerzas tornádicas, efectivamente creando un tornado ígneo.

Una tormenta ígnea extremadamente grande puede incluso crear su propio sistema ambiental, inyectando aire hacia adentro y creando climas parecidos a tormentas eléctricas que tienden a ayudar al extendimiento de las llamas.

Los mismos principios físicos de la combustión pueden también aplicarse a estructuras creadas por el hombre como las ciudades.

Las armas nucleares tienen también muchas posibilidades de crear tormentas ígneas en áreas urbanas.

Tormenta ígnea durante un incendio en el Parque nacional Yellowstone .