Desde la época de la Ilustración en adelante, se ha llegado a diferenciar al animal real y la criatura legendaria como dos conceptos distintos, especialmente en el mundo del ocultismo.
Más recientemente, ha sido utilizada en la literatura fantástica, juegos de rol, videojuegos y dibujos animados, asociándola casi siempre al fuego.
Si emerge de las forjas y vuela una corta distancia, cae muerto en vista que solo puede vivir en el fuego.
Pierre de Beauvais y Guillermo de Normandía la conciben con un cuerpo multicolor; en el Bestiario toscano se la llega a identificar con un pájaro, mientras que en un manuscrito del Bestiaire divin, será representada alternativamente como un ave entre llamas y como un perro alado, representaciones influenciadas, mayormente, por las descripciones, probablemente apócrifas, que el llamado Preste Juan hace del animal.
Así como el fénix simboliza la resurrección, la salamandra es mencionada por poetas de antaño para enriquecer sus textos con una dimensión simbólica profunda.