El Frente del Sudeste Asiático engloba a las múltiples campañas y operaciones militares llevadas a cabo durante la II Guerra Mundial entre Japón y las potencias coloniales del Sudeste Asiático, entre las que destaca el Reino Unido.
Las luchas libradas en el sudeste de Asia durante la Segunda Guerra Mundial pueden dividirse en cuatro etapas: Los países que enviaron cantidades importantes de sus ejércitos a este frente fueron: China, Estados Unidos, Gran Bretaña, India, Japón, Tailandia y Vietnam (Vietminh).
La agresiva política internacional del Imperio de Japón lo había llevado a buscar nuevos territorios para expandirse.
No obstante, los franceses continuaron administrando el país ya la presencia japonesa se limitó a las zonas al norte del actual Vietnam.
Durante este tiempo, los nacionalistas asiáticos vieron la derrota francesa en Europa como un síntoma de debilidad colonial.
Los japoneses apoyaron en secreto a estos grupos independentistas, no obstante, dos alzamientos de este tipo en Vietnam en 1940 fueron aplastados por las fuerzas francesas.
El Imperio del Japón no fue la única nación asiática que se percató de la debilidad colonial en la región.
En enero de 1941, fuerzas tailandesas entraron a las actuales Laos y Camboya, tomando la primera rápidamente.
La resistencia británica, comandada por el General Arthur Ernest Percival, fue mayor a la esperada, y el desembarco japonés se vio amenazado.
La RAF del Sudeste de Asia fue entonces destruida por los cazas japoneses, ya que los primeros sólo contaban con los antiguos Brewster Buffalo para defenderse, al haber subestimado a la fuerza aérea enemiga.
Durante las próximas semanas los británicos cedieron territorio fácilmente en Malasia, y los japoneses avanzaron rápidamente por la península.
Luego de la derrota británica, quedó claro que tanto la RAF como la Royal Navy habían subestimado el peligro japonés.
Tres submarinos japoneses se encontraban en la región y dañaron seriamente al HMS Ramillies.
La campaña terrestre de Madagascar duró varios meses, pero los Aliados lograron capturar Antananarivo, la capital.
Eventualmente, la mayoría de estas tropas cruzaron el río nadando o en improvisadas balsas, pero dejaron atrás todo el equipo y armamento.
Antes de la derrota en Arakán, el Brigadier Orde Wingate había estado entrenando a la 77.ª Brigada India, más conocida como "los Chindits".
Mientras tanto, en el sur, en enero de 1944 se inició otra ofensiva en el Arakán, y aunque las bajas en ambos bandos fueron elevadas, los japoneses fueron incapaces de expulsar a los atacantes, que aunque no consiguieron todos los objetivos, ganaron terreno.
Su objetivo era abrir el camino para el Ejército Nacional Indio, que debería intentar levantar al pueblo hindú contra los británicos.
El 15.º ejército Japonés, al mando del Teniente General Renya Mutaguchi, llevó a cabo el ataque, y aunque logró aislar a las guarniciones enemigas en las ciudades fronterizas de Kohima e Imfal, no logró tomarlas, ya que fueron abastecidas mediante puentes aéreos.
En efecto, una ofensiva desde el centro y el sur del 14.º ejército del Teniente General William Slim llegó hasta el río Irawadi en enero de 1945, e inmediatamente empezaron a realizarse los cruces, sobrepasando a los defensores japoneses, que fueron engañados por transmisiones radiales falsas.
El combate en Mandalay destruyó varios edificios históricos, incluyendo al antiguo Palacio Real, que fue quemado.
El 1 de mayo la 26.ª División India realizó un asalto anfibio y aerotransportado a Rangún, llamado Operación Drácula.
Se inició entonces una campaña de limpieza, cuyo objetivo era evitar que estos soldados escaparan a Malasia.