Fernando I de Nápoles

Sin embargo, el pontífice murió en agosto de ese mismo año, y su sucesor, Pío II, dejó de lado la reivindicación y reconoció a Fernando como el legítimo soberano.

[3]​ Por suerte para él, aquella batalla no fue decisiva, y consiguió posteriormente ayuda de Alessandro Sforza, del papa Pío II y del caudillo albanés Giorgio Castriota Scanderbeg, deudor al rey de la protección que le había dado a Alfonso cuando huía.

Así, Fernando logró vencer a sus enemigos y, en 1464, restableció su autoridad en el reino.

En 1478 se alió con el papa Sixto IV contra Lorenzo de Médicis, el cual negoció la paz personalmente con Fernando en la ciudad de Nápoles.

En el plano cultural protegió a escritores como Masuccio Salernitano, cuyas anticlericales Novelle (con dedicatorias al propio Fernando y a su hijo el príncipe Alfonso), que ridiculizaban los vicios del clero de la época, pudieron ser publicadas bajo su reinado.

Coronación napolitana de Fernando I en 1458.
Escultura de su coronación como rey de Nápoles.
Esortazione di insorgere contro i baroni ribelli , 1486.