Enrique Alarcón

Y recibió innumerables premios y distinciones, destacando el Premio Goya de Honor en 1990 a toda su carrera, siendo el único decorador que ha recibido este galardón hasta la fecha.Por su trabajo en dicha película obtuvo el Primer Premio Nacional de Cinematografía del Sindicato Nacional del Espectáculo a los mejores decorados, galardón que obtuvo en catorce ocasiones a lo largo de su carrera.Alarcón explicaba así su vocación: "Estudié arquitectura, pero no tenía paciencia para hacer casa tras casa, el cine me ofrecía un campo donde aplicar el cálculo, la geometría del espacio y otros conocimientos del mundo de la fantasía".En alguna ocasión también se decidió a usar el trucaje del cristal, pintando maquetas en cristal, como en El clavo (1944) aunque solo para pintar unas nubes y así disimular el encaje de una maqueta corpórea con el escenario real.Fue un decorador de fácil adaptación a los enormes cambios técnicos y temáticos que el cine español experimentó desde inicios del franquismo hasta bien asentada la democracia.Y su trabajo incluyó una alta dosis de intuición, alimentada por su vasta cultura.En este sentido, el propio Enrique Alarcón, comentó a modo de consejo para quien quiera dedicarse a la escenografía: “Lo primero, que acumule el máximo de conocimientos culturales posibles y que adquiera una gran experiencia en la vida (…).