Florián Rey

Al año siguiente trabaja en la redacción del diario zaragozano La Crónica de Aragón y viaja a Madrid, ingresando redactor en la Revista Financiera.

Y al año siguiente es contratado por Gregorio Martínez Sierra para el elenco del Teatro Eslava.

Comienza a dirigir en 1924, al adaptar, para el cine, la zarzuela La revoltosa, que consigue un gran éxito popular.

En 1929 dirige la que está considerada la obra maestra del cine español de este periodo, La aldea maldita.

Tras esta cinta, la producción española debe adaptarse al cine sonoro, y en este periodo Florián Rey marcha a familiarizarse con este sistema, al ser contratado como director de doblajes en español a Les Studios Paramount de Joinville-le-Pont.

Con estos presupuestos realizó su trilogía de La hermana San Sulpicio (1934), Nobleza baturra (1935) y Morena Clara (1936), protagonizadas por Imperio Argentina, que exploraban la lucha de la mujer en un mundo tradicional basado en la religión y la vida rural, actitud ante la mujer muy acorde con los avances del periodo republicano.

Florián, de ideología conservadora, aunque no franquista, e Imperio Argentina, ya casados, se trasladaron a Berlín, donde fueron acogidos por el propio Adolf Hitler.

Florián Rey hacia 1927