El texto original, una comedia benaventina en tres actos, tuvo su estreno teatral en 1924.
En esta película Rafael Gil pudo trabajar con el equipo estable que había ido configurando a lo largo de esta primera etapa, al poder contar en la fotografía con Alfredo Fraile (1912-1994), en la escenografía con Enrique Alarcón (1917-1995) y en la composición con Juan Quintero Muñoz.
Fruto de este cariño, el abogado despacha a su amante ocasional, Leonor, y pide en matrimonio a la abnegada secretaria que se ha hecho cargo del pequeño.
Estos añadidos, más que expandir la historia, logran profundizar en el costumbrismo del film y reorientan el sentido discursivo de la pieza, cuyo protagonista ya no es de conducta intachable.
[4] En 2015 la Filmoteca Española digitalizó los materiales del film que estaban a punto de desaparecer.