Marco Ferreri

Más tarde, se dedicó a la producción y llegó a España en 1956 como representante comercial de los objetivos Totalscope, la versión italiana de los Cinemascope americanos, sin que conste que lograse ninguna venta.

En la estela del neorrealismo italiano, pero con un enfoque más experimental y radical, el estilo de estas películas se llegó a definir como «realismo grotesco».

[1]​ De vuelta a Italia en 1961, Ferreri siguió rodando con su Una storia moderna: l'ape regina en 1962, una sátira anticatólica que fue censurada, incluso su título modificado debido a la crítica que hacía sobre la institución del matrimonio.

En Se acabó el negocio (La donna scimmia), de 1963, habla sobre las relaciones entre los sexos dominadas por la explotación del más débil, con el final también censurado, esta vez por decisión del productor Carlo Ponti.

Homenajeando el cine que ya no existe en Nitrato d’argento (1995), concluyó con una nota de melancolía su recorrido como cineasta, a la vez genial e inclasificable.

Anne Wiazemsky
en un fotograma de El semen del hombre .