Por lo tanto, con un 86 %, los combustibles fósiles son la fuente de energía principal al mundo.
[8] La tendencia actual parece de usarlas cada vez más, al menos mientras sea posible.
Con el paso del tiempo, esta materia orgánica, mezclada con barro, se enterró bajo capas pesantes de sedimentos.
[10] El carbón se formó a partir de plantas (mayoritariamente árboles) terrestres que vivían en zonas pantanosas o junto al mar, que quedaron enterradas bajo capas de sedimentos.
Sus restos se acumularon en depresiones como fondos marinos o lacustres, donde quedaron fuera del alcance de los microorganismos descomponedores aerobios.
La presión y la temperatura crecientes transforman progresivamente esos restos orgánicos en petróleo, carbón y gas, que pueden permanecer in situ o migrar a través de las rocas, separarse, acumularse o incluso escapar a la atmósfera.
Los combustibles fósiles son recursos no renovables, ya que al contrario que otros recursos de origen biológico, como la leña, el carbón vegetal, el biodiésel, no se pueden reponer a corto plazo.
El petróleo es un líquido oleoso compuesto de carbono e hidrógeno en distintas proporciones.
Este recurso ha sido usado por el ser humano desde la Antigüedad: los egipcios usaban petróleo en la conservación de las momias, y los romanos, de combustible para el alumbrado.
[13] Se cree que se formó hace unos cincuenta millones de años después de que el plancton quedara cubierto por diferentes materiales sedimentarios y a una cierta presión y temperatura y por la acción de microorganismos hasta formarse el petróleo.
Aunque los combustibles sean caros, la única fuente competitiva económicamente es la energía nuclear.
[3] Estas emisiones se generan tanto en la producción de los combustibles fósiles como en su uso final.
Estos combustibles provocan localmente la niebla fotoquímica y globalmente el efecto Callendar.
La temperatura del aire y del agua tomados de la naturaleza o de la red a los procesos que conciernen estos combustibles se tienen que devolver a unas temperaturas "no muy alejadas" de la temperatura a la cual estuvieron cogidos, este tratamiento es obligado por ley porque incorpora un aumento de coste económico que en principio la empresa no querría asumir.
Otros datos contaminantes hacen referencia al paisaje, tanto a la extracción, como las plantas de tratamiento, el transporte y las centrales térmicas.
Los combustibles fósiles no están repartidos por igual en todo el mundo, y la dependencia de la sociedad occidental actual con esta hace que también los países que pertenecen dependan económicamente de las empresas productoras a países extranjeros.
El hombre es, pues, un recolector de estos combustibles, pero no que puede producir.
Aun así, el consumo de estos por parte de los humanos es mucho más rápido: el carbón se ha utilizado en cantidades relativamente pequeñas desde la Edad Media, en cantidades industriales a partir de la Revolución Industrial y ya era demasiado escaso porque su uso fuera económicamente rentable en el XX.
El gas natural, por su parte, aunque tampoco verá el siglo XXII parece que es en cantidades tales que sobrevivirá al petróleo, pero también es porque solo se usa masivamente hasta los años 60 del XX.
Niveles (reservas aseguradas) durante 2005-2007: Flujos (producción diaria) durante 2006 Años de producción restantes bajo tierra según las aproximaciones de reservas aseguradas más optimistas (Oil & Gas Journal, World Oil) Este cálculo asume que la producción se mantendrá a un nivel constante durante este número de años y que todas las reservas aseguradas se podrían recuperar.
En algún momento, la producción de cada recurso en una área, país o al mundo llegará a un valor máximo, después del cual la producción disminuirá hasta que llegue a un punto donde no sea factible económicamente o físicamente posible de producir.
[24] Según el principio de la oferta y demanda parece que a medida que las reservas de combustibles fósiles vayan disminuyendo, sus precios irán subiendo.
A medida que los precios de estos combustibles sean más elevados, la ventaja comparativa a otras fuentes de energía, como por ejemplo las energías renovables, se irá haciendo más grande, hasta llegar un momento en qué sean económicamente más interesantes que los combustibles fósiles.
Así, por ejemplo, las gasolinas artificiales, que hoy no son rentables porque su producción es más cara que la de los combustibles derivados del petróleo, pueden acontecer económicamente viables en uno futuro próximo.
Para la producción de electricidad, la que se encuentra en mejor posición, en términos estrictamente económicos, es la energía obtenida en centrales nucleares, que ya tiene un coste de un orden parecido a la obtenida en las centrales térmicas con hidrocarburos.