Ocupando el noreste de África, Egipto es seccionado por el fértil valle del río Nilo.
Sin embargo, el 2009 el crecimiento cayó al 4,7 %, como resultado de la crisis financiera global, que afectó los sectores volcados a la exportación, especialmente las manufacturas y el turismo.
Las minas egipcias de las montañas situadas a lo largo del mar Rojo (así como en la península del Sinaí) producían oro y cobre, y con este último metal se hacían artículos de bronce que también se exportaban.
Desde mediados del siglo XIX hasta la independencia en el primer tercio del siglo XX, Egipto tuvo una economía típicamente colonial de integración y explotación por parte de Gran Bretaña.
Es en este periodo cuando el país se integra en la economía occidental a través del desarrollo agrícola.
Tras la Segunda Guerra Mundial se produce el proceso de industrialización encabezado por la nueva clase dirigente egipcia, terratenientes que deseaban invertir en su país e inversores británicos.
El Banco Mundial enumera los principales países productores cada año, según el valor total de la producción.
[14] Existen planes para promover la industria automovilística dedicada a la exportación (el mercado interior es pequeño debido a los bajos salarios) pero tiene que competir con Marruecos, que ha realizado grandes inversiones en infraestructura en los últimos años para promover este sector.
En energías no renovables, en 2020, el país fue el 24.º productor mundial de petróleo, 586.700 barriles / día.
En 2018, Egipto fue el 34.º país más visitado del mundo, con 11,3 millones de turistas internacionales.