Estas medidas capitalistas representaron un quiebre total con el "socialismo árabe" y otras políticas promovidas por el antecesor de Sadat, Gamal Abdel Nasser.
"[3] Buscando responder a las políticas socialistas del régimen nasserista para asegurar la legitimidad de su gobierno, Sadat desarrolló un programa económico que se institucionalizó como el Infitah.
Sin embargo, esta aproximación al bloque capitalista resultó en la expulsión de los soviéticos del territorio egipcio ese mismo año, a pesar de que la URSS había estado proporcionando armamento y entrenamiento al ejército del país.
[4] En parte, el alejamiento del bloque soviético permitió a Sadat alejarse también de la guerra con Israel y unir sus fuerzas en agrandar su ejército; por otro lado, el bloque soviético también prefirió este distanciamiento para evitar una confrontación con Estados Unidos.
En octubre de este mismo año tuvo lugar otro acontecimiento que influenciaría la posición adquirida por Sadat.
[9] Hasta 1971, las inversiones extrajeras en Egipto se regulaban por leyes decretadas por el presidente Nasser en los años 1952 y 1954.
[11] En junio de 1974 se decretó la Ley 43 para la inversión árabe y extranjera en Egipto, poniendo así una base legal al Infitah.
Con esta base legal se comienzan a diferenciar distintos tipos de inversión con diferentes privilegios.
Un primer proyecto fue la finalización del ya comenzado oleoducto petrolero Sumed (Suez-Mediterráneo), para el cual se buscó financiación en bancas europeas, así como en los estados de la Península arábiga.
El acuerdo arrendaba 10.000 hectáreas de terreno desértico al proyecto a tarifa concesionaria, durante 99 años.
Sin embargo, tras cálculos erróneos en los costes, y una extensión ilegal de privilegios a los inversores extranjeros, el proyecto también fue suspendido en 1978.
[26] A nivel de vida, el Infitah significó un deterioro para muchos egipcios al provocar un alza en los precios y la inflación, al "estrangular el sector público e industrial nacional estableciendo una economía sustentada en el comercio de importaciones del extranjero.
"[27] Estos acontecimientos exacerbaron una inestabilidad social que se consolidó con un endeudamiento progresivo, una falta de bienes básicos para el pueblo, y una dependencia económica en los Estados Unidos.
Un informe publicado por el Banco Central entre 1977 y 1978 declaró que el resultado de este decreto no fue un incremento en las inversiones locales, si no en la atracción de divisas extranjeras a depósitos manejados por egipcios que transferían sus bienes a bancos en el extranjero.
[32] En 1975 y 1976, violentas manifestaciones se dieron en Mahalla al-Kubra por trabajadores del sector privado textil.
[33] En enero de 1976, estas revueltas se expandieron a través del Nilo, concentrándose en El Cairo y Alejandría.
[35] Estos acontecimientos llevaron a una privatización progresiva del sector público egipcio, en parte impuesto por organismos financieros internacionales.