La remolacha azucarera es una planta bienal muy resistente al frío que puede crecer en climas templados.
Actualmente, la siembra mecánica, los herbicidas y la recolección mecanizada hacen que la mano de obra empleada se haya reducido drásticamente y ha aumentado su productividad.
La remolacha se corta en tiras y pasa por un difusor para extraerle el azúcar con agua caliente.
El azúcar se concentra por evaporación múltiple obteniéndose un jarabe al 60 % de sacarosa.
A este jarabe se le añaden cristalizadores, formándose el azúcar que conocemos.
No se usan para consumo humano debido a su sabor amargo.