[55] La reducción de la población humana puede estar causada por múltiples factores.
Para Darrell Bricker y John Ibbitson el previsible descenso de la población en la segunda década del siglo XXI el riesgo de hambrunas disminuirá, la situación medioambiental mejorará, menos trabajadores exigirán mejores salarios y unas tasas de natalidad más bajas representarán mayores ingresos y autonomía para las mujeres.
[54] Tanto el sistema económico como la infraestructura de los países industrializados están diseñados para crecer o estancarse pero no contemplan en su funcionamiento la posibilidad de la disminución o el decrecimiento.
Así, ante un descenso de la población se deberá revisar la planificación de los servicios públicos para atender a la nueva situación que puede requerir aumentos e inversiones en sanidad, pensiones (contrato intergeneracional), atención social y reducción en otros sectores como la educación, infraestructuras de comunicación, armamento.
Sin embargo, no solo se requiere planificar los servicios que puedan demandarse sino también generar los recursos económicos para esa demanda y por lo tanto establecer políticas económicas que permitan un adecuado equilibrio presupuestario y en todo caso un déficit presupuestario tolerable.
Estas medidas suelen dar escasos resultados ya que chocan frontalmente con los cambios de mentalidad y con una realidad económica que hace difícil la necesaria estabilidad económica para la procreación y crianza de los hijos.
Aunque la densidad de población es importante es decisiva la proporción entre generaciones para sostener la sociedad y su economía.
La excepción es África donde numerosos países todavía seguirán creciendo durante unas décadas y también algunos de Asia aunque ya estén reduciendo sus tasas de natalidad el efecto del envejecimiento tardará unas décadas.
Otros países, al aceptar inmigración, consiguen mantener la población más estable o incluso les permite crecer como Estados Unidos (Demografía de los Estados Unidos) y Canadá (Demografía de Canadá).