Sus circunstancias geográficas e históricas crearon regiones heterogéneas y particulares, a su vez altamente influenciadas por la cultura castellana en los mayores núcleos de población, especialmente en Santander.La denominación Cantabria para la provincia de Santander acabó prefiriéndose tanto entre los intelectuales como popularmente, dando lugar al regionalismo cántabro.[2] Todos los cántabros hablan castellano, cuyos orígenes muchos autores remontan a su territorio, si bien no es una teoría universalmente aceptada.El Cristianismo terminó por imponerse en Cantabria como religión predominante durante la Edad Media, aunque no fue fácil para los cántabros abandonar sus antiguos ritos y tradiciones paganas.No sólo definió la división del territorio en distintas entidades, aún sobrevivientes en el siglo XVIII en la agrupación por valles, sino que algunas de sus cumbres eran consideradas sagradas; otras, por su preeminencia en el territorio, han sido históricamente símbolos regionales y siguen siendo elementos presentes en el imaginario popular.El Románico fue muy fuerte en los valles cántabros y se mantuvo vigente mucho tiempo debido al aislamiento geográfico de la región.Por la misma razón el Gótico fue tardío, pudiéndose encontrar buenos ejemplos aún en los siglos XV y XVI.Al contrario sucedió con el Barroco, desarrollado profusamente en consonancia con la tendencia española y mezclado con los rasgos propios del estilo montañés.Con el siglo XIX llegaron los historicismos, los eclecticismos y la arquitectura en hierro, donde la única diferencia importante respecto al resto de España fue el tomar como modelo la casona montañesa.Existieron entonces tres talleres, uno en Liendo, otro en Limpias y un tercero, de gran fama nacional, en Trasmiera.Cantabria, entonces provincia de Santander, aparece en la escena nacional con una extensa literatura costumbrista repartida entre los siglos XIX y XX.
La mascarada de
La Vijanera
, de origen
prerromano
, es la muestra viva de la supervivencia de los cultos arcaicos a la naturaleza en Cantabria.
Bayas de
tejo
, árbol mitificado por los antiguos
cántabros
y cuyo misticismo se continuó en la Edad Media.