[9] También en 1791, Christian Heinrich Kurt von Haugwitz, siendo el mismo franc-masón, retoma la tesis[10] en su libro Hirten-Brief an die wahren und ächten Freymäurer alten Systems,[11] denunciando también el marcinismo en las logías.
[20] André Baron denunció la mano directa de la logia masónica "Les Amis Réunis" sobre los crímenes del Reinado del Terror[21] nombrando ante los masones Jean-Louis Carra,[22] François Babeuf y Robespierre y con el autor Jean-Emmanuel Le Coulteux de Canteleu citó Jacques-René Hébert, Jean Paul Marat, Joseph Le Bon, Saint-Just.
Ya que este grupo era pequeño y menos influyente, molestó tan poco como el hecho, de que los illuminés franceses eran adeptos a una tendencia mística y a la iluminación radical de Adolph Von Knigge, lo cual Weishaupt no tenía en mente.
[26] Esta logia gemela, en su segundo convento, recibió como invitado a Johann Joachim Christoph Bode, miembro de los Illuminados, donde leo un ensayo suyo.
[27] La logia "Philalèthes", también recibió al barón William von den Busche, otro alto cargo de los Illuminados.
[34] En 1863, el ensayista Jean-Emmanuel Le Coulteux de Canteleu publica Les sectes et les sociétés secrètes[35] En 1872, el ensayista masón Albert Pike, en su libro Morals and Dogma of the Ancient and Accepted Scottish Rite of Freemasonry,[36] en el capítulo dedicado al grado 30°, retoma la tesis de que la francmasonería habría inspirado y organizado secretamente la Revolución francesa.
[37] En 1872, el ensayista François-Xavier Gautrelet en su libro La Franc-maçonnerie et la révolution,[38] señala la influencia de la masonería en la revolución francesa contra la religión católica.
[39] En 1873, el ensayista Alexandre de Saint-Albin publica el libro Documents relatifs à la révolution française: Lazare Hoche.
[44] En 1884, el ensayista Claudio Jannet publicó otro libro con Louis d'Estampes La franc-maçonnerie et la révolution[45] sobre el tema.
[53] En 1904, 1906 y 1910, André Baron publica 3 libros sobre el tema: La Franc-Maçonnerie et la Terreur, Les Sociétés Secrètes, leur crime depuis les initiés d'Isis jusqu'aux Francs-Maçons modernes[54] y Marie-Antoinette et le complot maçonnique.
[56] En 1908, el ensayista Ernest Nys sostiene en su libro[57] que sin la masonería, la revolución no hubiera podido tener éxito.
[70] En 1935, el historiador Bernard Faÿ en su libro[71] sostiene que la masonería desarrolló una influencia revolucionaría consciente antes de la revolución.
Robos e incendios fueron las consecuencias, y el día después, la tropa disparó sobre el pueblo, aumentando el odio popular hacia la monarquía.
[76] En 1885, el historiador Alfred Rambaud en su Histoire de la civilisation française[77] se opone a la tesis, declarando que las logías prohibían hacer política, no tienían programa revolucionario y aún menos dirección o creencia común.
[70] En 1905, el historiador Albert Sorel en su libro L'Europe Et La Revolution Francaise opina que la acción de las logías tuvo muy poca influencia en la revolución.