Sus dos únicos libros, Le Mystère des cathédrales (1926) y Les Demeures philosophales (1930 ), no tuvieron ningún peso comercial hasta principios de los años 60.
Se trata de un best seller que marca un antes y un después en la literatura del misterio en el siglo XX.
Pinta un personaje nacido en 1839, que se movió hasta los años veinte del siglo pasado por Francia.
Siempre según las historias contadas por Canseliet, su maestro tenía una vasta erudición e importantes contactos con personalidades selectas e influyentes, como Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc, Chevreul, la familia de Lessep, Grasset d’Orcet, el matrimonio Curie o Marcellin Berthelot.
El autor de la versión revisada del Finis Gloriae Mundi afirma en la nueva publicación: "No es costumbre que un adepto vuelva a coger la pluma después de haber franqueado la transmutación (...) abandonemos el manto de silencio con el que se cubre quien pasa por las ascuas del fénix", sugiriendo precisamente esto.