[2] Algunas fuentes citan que, en realidad, el famoso sobrenombre francés proviene del latín Sanctus Germanus, es decir, Santo Hermano.
Se desconocía el origen de su fortuna, su nacionalidad y si tenía esposa e hijos.
Se dice que hablaba a la perfección francés, inglés, español, italiano, chino, árabe, alemán, ruso, portugués, latín y sánscrito[cita requerida].
También tenía vastos conocimientos sobre política, artes, ciencias, poesía, medicina, química, música y pintura.
No permanecía mucho tiempo en un lugar y viajaba constantemente por toda Europa, cuando se cansaba iba al Tíbet, África o Turquía.
Fue precisamente en esta ciudad donde empezó a forjarse la leyenda de Saint Germain.
Según parece, en Holanda, bajo el nombre de "conde de Surmount", amasó una gran fortuna vendiendo ungüentos, pócimas y preparados para combatir cualquier mal, incluso la muerte; pero aunque las acusaciones de timador y conspirador le perseguirían allá a donde fuera —se rumoreó incluso que precipitó las cosas para que el ejército ruso colocara en el trono a Catalina la Grande—, su natural disposición para la diplomacia le granjeó numerosos aliados en toda Europa.
Entre algunas de las historias, muchas falsas o mal documentadas atribuidas a su tergiversada figura, tenemos las siguientes: